01.11.2018

“Padres, madres y maestros como promotores de resiliencia en niños" se tituló la conferencia de la profesora Victoria Cabrera García, psicóloga de la Universidad de La Sabana, especialista en Educación y Asesoría Familiar de la misma casa de estudios superiores, que fue invitada por el Programa de Ciencias para la Familia de la Facultad Eclesiástica de Teología de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso.

La profesional explicó que la resiliencia, entendida desde la psicología positiva, consiste en cómo puede haber una adaptación positiva en un contexto de riesgo o adversidad.

“En Colombia hay más de 500 mil niños y niñas que están en alto riesgo. Cuando se evalúa la resiliencia se debe identificar cuál es la situación adversa que está experimentando el infante. Los menores de estratos bajos de este país están expuestos al trabajo, la desnutrición, etc. En niveles más altos vemos casos de niños que viven solos, sin orientación o educación de sus padres. Asimismo, se encuentran en circunstancias de violencia sexual, entre otras problemáticas. Los niños no deberían enfrentar estas condiciones contextuales de extrema pobreza, indicadores de salud complejos o experimentar cualquier tipo de maltrato. Ellos no tendrían que estar trabajando, en esta etapa solo requieren estudiar y divertirse”, señaló la profesora.

Frente a este contexto la profesional destacó la importancia de que los gobiernos inviertan en el bienestar de los niños, no solo con recursos económicos, sino que se les dedique tiempo, especialmente en educación y en una adecuada formación. “Se debe invertir con el propósito de formar a nuevos profesionales adultos que puedan aportar a su país. En cualquier contexto laboral las personas que han sido educadas con resiliencia a edades tempranas son altamente cotizadas en cualquier empresa. Al haber vivido situaciones adversas, críticas o conflictivas en su contexto familiar o escolar, ellos han podido superar y salir delante de estas circunstancias”, indicó Cabrera.

De acuerdo a la profesora son la familia y la escuela los principales educadores en la formación de los niños. “En lo posible que la familia y la escuela hagan una transferencia tal, que logre una coherencia en sus pautas educativas que beneficien a los niños. Lamentablemente muchas veces los profesores y los padres actúan por su propio beneficio y no pensando en el infante”, precisó la psicóloga.

Resiliencia en Situaciones Adversas

La académica expresó que es imprescindible identificar ciertas prácticas educativas ejercidas por padres y profesores que puedan generar la resiliencia en los niños.

“Los infantes pueden ser más resilientes buscando que resistan el estrés. Hay personas que experimentan más estrés que otras frente a un mismo evento. Esto sucede porque perciben el estrés o lo resisten de manera distinta. La resistencia al estrés es subjetiva y puede variar de acuerdo a las circunstancias y especialmente con las herramientas que existan para afrontarlo”, aclaró.

Para la académica, en medio de ese estrés que produce una condición adversa es importante tener en cuenta la recuperación que va a tener esa persona. “Para algunos será más fácil este objetivo, pero para otros no. Posteriormente, viene un periodo de normalización donde la persona vuelve a sus actividades cotidianas. Comienza sus rutinas habituales a pesar de la situación adversa vivida, alcanzando principalmente una gran capacidad para fortalecerse y sobreponerse”, enfatizó la académica.

A la hora de formar la resiliencia hay que buscar que los niños encuentren facultades de construcción positiva, pese a los hechos traumáticos vividos. “En medio de una situación adversa hay dos opciones: se generan comportamientos positivos (hay una construcción positiva en medio de esa adversidad como unión familiar, solidaridad, etc) en contraste con consecuencias negativas como la deserción escolar, consumo de drogas o comportamientos delictivos. Es el deber de los padres y profesores buscar que el niño pueda lograr una construcción positiva. Ellos deben centrarse más en los puntos fuertes que en los débiles de los infantes. Los profesores tienen que identificar en el contexto escolar cuáles son las virtudes de cada niño. No enfocarse en las características negativas de ellos”, puntualizó la investigadora.

Factores Promotores y Protectores

Los factores promotores y protectores de los niños son los siguientes: que ellos cuenten con un desarrollo saludable del cerebro; que tengan la presencia de sus padres (aunque sea solo uno de ellos) y haya un vínculo de apego seguro para vivir esa condición; que ejecuten tareas y rutinas que lo hagan más autónomo; que posea relaciones interpersonales (amigos) cercanos; la empatía o capacidad de preocuparse por los otros; que sus padres pongan límites en sus hijos y contar con contextos y ambientes donde se presenten pocos riesgos para ellos.

“Es imposible superar la adversidad y fomentar la resiliencia sin apoyo. La ternura, el afecto y el cariño son caminos esperanzadores para construir en los niños características de resiliencia. Padres, madres, profesores deben estar pendientes de los infantes, de sus estados de ánimo y ofrecer un agente rector que supervise y oriente su proceder”, concluyó la profesora.

Esta conferencia se efectuó el lunes 29 de octubre en la sala 1-35 de la Casa Central de la PUCV. “La profesora Cabrera vino a Chile como invitada internacional del 9º Congreso Chileno Familia para Todos, que se desarrolló en la Pontificia Universidad Católica de Chile el sábado 27 de octubre. Este evento fue patrocinado y coorganizado por el Programa de Ciencias para la Familia de nuestra Universidad”, informó el doctor Juan Pablo Faúndez, director del citado programa y jefe de Programas Académicos de la Facultad Eclesiástica de Teología de la PUCV.

Natalia Cabrera Vásquez

Facultad Eclesiástica de Teología