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Entrevista al Decano de la Facultad Eclesiástica de Teología PUCV

Compartimos entrevista al Padre Gonzalo Bravo, publicada este domingo 22 de marzo de 2020 en el diario El Mercurio de Valparaíso.

Sacerdote Gonzalo Bravo, sobre las causas de la violencia:

“Muchos niños y adolescentes son heridos de guerra de la afectividad”

Párroco de La Matriz y flamante decano de Teología en la PUCV, que se acercó a Dios cuando la Física que estudió en Ingeniería Civil no le pudo explicar el origen del universo, analiza el impacto profundo de la crisis en el alma nacional. Periodista: Rosa Zamora Cabrera 

La gran revelación del conavirus es que la ciencia, que ha estudiado tantas cosas maravillosas, nos diga que la solución es ¡ so-li-da-ri-dad! ” exclama asombrado el párroco de La Matriz y flamante decano -desde noviembre de la Facultad Eclesiástica de Teología de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, Gonzalo Bravo Alvarez,- al analizar algunos de los mazazos con que la pandemia del coronavirus ha modificado radicalmente la cotidianidad de nuestras vidas, para la que ahora todos dependemos de todos.

“Nos pegaron un gran zarpazo cuando nos dijeron que todo lo que teníamos reputado como ganancia en realidad es pérdida, y lo que consideramos pérdida es ganancia”, agrega el párroco de La Matriz y presidente de la Corporación del mismo nombre, donde se concentra el empuje de vecinos y voluntarios para sacar adelante el barrio fundacional de Valparaíso desde el apoyo mutuo fundado en la comprensión y el respeto por el otro.

El decanato en todo caso no interferirá en su labor de párroco, como lo pidió al ser notificado del nuevo cargo. “Sigo en La Matriz y en la Corporación, que es otro mundo grande. Mi pasión es ser sacerdote, compartir la vida, estoy súper contento en la parroquia”, declara el padre Gonzalo.

“Si una virtud tengo es ser plural: para los de derecha soy comunista, para mucha gente de izquierda soy derechista, y yo me creo de Jesucristo”, agrega el sacerdote, antes ingeniero civil de la Universidad Federico Santa María y luego doctor en Teología Bíblica de la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma, quien se acercó a Dios cuando la Física no le dio explicación para el origen del universo.

“En el mundo de la Física nuclear las partículas son sólo energías que se combinan. Las materias fundamentales de la estructura del universo son energías que están en relación. Eso me hizo mucho sentido. Energía, relación con los otros, amor. Entonces entendí que Dios era una hipótesis plausible. En mi caso creer es, lejos, una opción racional. Antes yo pensaba “ver para creer”, pero después me di cuenta de que el amor no se ve, los sueños no se ven, la ternura no se ve”.

ENCONTRARNOS CON NOSOTROS

- Un texto de la psicóloga italiana Francesca Morelli que circula por internet dice que cuando estaban resurgiendo ideologías discriminatorias, aparece un virus que nos demuestra que podemos convertirnos en los discriminados, los que transmiten enfermedades y a los que no se les permite cruzar fronteras...

- No solamente lo aplico a la discriminación de la inmigración sino a la discriminación de todo rostro. Hoy vamos a tener que taparnos los rostros porque había rostros que no tenían rastros. ¡Tanto viaje fatuo para buscar una felicidad que estaba más bien en el corazón! Quizás hemos viajado miles de kilómetros a un congreso, a un encuentro, a un comercio, y resulta que el mejor negocio lo teníamos en la casa. Y el coronavirus nos obliga a encontrarnos. A distanciarnos de los otros para encontrarnos con nosotros. Me parece una oportunidad súper importante. 

Es lamentable que sea así, pero son giros de la historia, y espero que esto cambie nuestra vida.

- Dice Morelli que esto nos pasa “aun no teniendo ninguna culpa, aun siendo de raza blanca, occidentales y con todo tipo de lujos económicos a nuestro alcance”.

-En realidad hemos vivido en una sociedad en la cual se piensa o se pensaba que el límite del hombre era el infinito. Nos entusiasmamos con frases como “el límite eres tú mismo”. Afirmaciones exacerbantes y ampulosas que al final fueron desastrosas porque se olvidaron de la persona. Hoy tenemos capacidades intelectuales para percibir la información de las sondas que están en Saturno o en Júpiter, pero tenemos un analfabetismo emocional, espiritual, enorme. Somos capaces de mirar el universo, pero no somos capaces de mirarnos a nuestros propios ojos. Tenemos tantos límites, que puede ser una oportunidad de crecimiento humano. Todo era ciencia y resulta que hoy día la ciencia apela a la solidaridad. Para una sociedad individualista, egoísta, y con una globalización de la indiferencia atroz, claramente esto es un mazazo. 


“CHILE PODRÍA CAMBIAR”

- Agrega el texto: “En una sociedad que se basa en la productividad y el consumo, en la que corremos sin descanso, de repente se nos impone un paro forzado”.

- Tal cual. ¿Cuántos de nosotros hemos pensado que el objetivo era producir? ¿ Y hoy cuál es nuestro trabajo? Quedarnos en la casa. Nosotros nos hemos legitimado en el hacer y el tener, y no en el ser. ¿Cuántos de los movimientos sociales que tienen legítimas expectativas y esperanzas, son también para tener? ¿ Cuántas demandas son que el pobre sea rico y que el rico sea pobre, pero en el fondo es el mismo sistema, cambiando la ubicación de los actores? Al final el sistema es intocado. Y yo pienso que es posible que cambiemos la dirección. Si abrimos los ojos y escuchamos la voz del corazón, humana, desde la pobreza, desde la riqueza, yo creo que Chile podría cambiar.

- Finalmente: “En una época en la que la crianza de los hijos se delega a menudo a otras figuras e instituciones, el coronavirus obliga a cerrar escuelas y fuerza a estar juntos a padres e hijos”.

- Notable, pero eso es en el mejor de los casos porque en la realidad que me toca vivir a mí, el núcleo en torno a los niños, podemos llamarle familia extendida, tiene poco de familia. Hay tensiones, en muchos casos el lugar más complicado para su crecimiento es su propio hábitat. Hay personas que hacen esfuerzos maravillosos por tener a un nieto, un sobrino, un ahijado, pero son núcleos de mucha inseguridad. Ni qué decir los centros donde niños y niñas llegan derivados por el sistema judicial. La estabilidad de las parejas es muy baja. Un alto porcentaje de niños nacen fuera del matrimonio. 
Y no es que el matrimonio asegure nada, pero es muy difícil encontrar estabilidad, que es el espacio donde una persona puede crecer protegida y con valores, sin necesidad de andar buscando compensaciones violetas ni egoístas. Ojalá tuviéramos una familia donde poder replegarnos. Creo que ese es uno de los grandes desafíos de Chile. Lamentablemente las vulneraciones de los derechos de niños, niñas y adolescentes se dan en su mayoría en el núcleo familiar. 
Entonces, lo que debió haber sido el espacio de protección número uno, se transforma en el espacio de vulneración número uno.

- El país ha sido puesto a prueba dos veces en un periodo de seis meses en que prácticamente hemos tenido dos toques de queda. ¿ Los chilenos tendremos la responsabilidad, la disciplina, el rigor, el temple para enfrentar y superar este nuevo momento tan delicado?

- Yo percibo una sociedad con mucho temple, pero con un sentido distinto al que se le da a esa palabra. Hay que tener mucho temple para estar en el mundo de la droga por ejemplo, para coludirse, para engañar sistemáticamente a un país -me estoy refiriendo a clases políticas, a empresarios, al mundo narco y al mundo anarca-; hay que tener mucho temple para ser “primera línea”, para dormir en la calle. Yo espero que los chilenos y chilenas tengamos la posibilidad de mirarnos sin censura. Yo soy cristiano y esa condición me aporta la misericordia, yo no tengo miedo de mirar mi miseria porque no me va a destruir, sino va a ser una oportunidad para que la misericordia de Dios actúe y me voy a sentir fuerte. Entiendo que una persona que no es cristiana no quiera mirarse su rabia, su brinca su envidia, su vanidad. Pero considero que es posible con otras instancias espirituales, psicológicas, concitar un nuevo modo de ser en que el temple tiene que cambiarse por solidaridad, ternura, afectividad, alteridad. El mundo nuestro necesita alteridad. 

PROBLEMAS DE LARGO ALIENTO

-¿Qué le ha parecido la gestión de la presidenta del Colegio Médico, que convocó a los presidentes de partidos pidiendo un compromiso similar al del 15 de noviembre para cambiar la fecha del plebiscito, lo que finalmente se concretó?

-En interesante. Por un lado me parece bien ese rol, y por otro encuentro patético que la falta de credibilidad de los políticos sea tan baja, lo mismo instituciones como la Iglesia, siendo que hay gente muy buena en el mundo político. Pero no se les cree. Entonces tiene que venir una persona que no es partidista, que tiene una cierta ecuanimidad, y es capaz de concitar como buen líder cosas que parecen obvias. Habría sido una torpeza tener un plebiscito con 18% de participación como ocurrió con las elecciones locales en Francia. El tema es que yo no sé si hoy los partidos políticos representan a la gente, a la gente que está en la calle. En el Barrio Puerto la gente no cree esto del coronavirus. Porque, claro, nos han mentido tanto, que la gente ya no le cree a nadie. Bendito sea Dios que alguien haya logrado esta convocatoria, pero creo que también habría que hacer algo similar con los movimientos sociales, es necesario. Percibo que hoy la formalidad de un partido político está muy limitada en la participación y en la estima de chilenos y chilenas. Creo que la dimensión social es súper importante y no tenemos herramientas claras para llegar al mundo social.

- “Tenemos que trabajar hoy, como nunca, unidos como país. No es el momento para pegarle a la administración de turno”, planteó Izkia Siches. ¿Qué le parece ese llamado?

- Creo que los problemas nuestros en Chile vienen desde hace muchos años. Hace mucho que uno escucha que no se puede. Y creo que las administraciones de turno han sido más bien el rostro de una estructura que no nos ha servido, pero que no nos hemos atrevido. Yo tengo excompañeros de lucha para quienes los pobres ya no son de su interés. Tenemos un comedor popular en el Barrio Puerto y no tenemos ni una ayuda, impulsamos proyectos, pero no contamos con financiamiento. 

LOS JÓVENES Y LA VIOLENCIA

- Como sacerdote y educador, ¿qué reflexión le merece ver que han sido mayoritariamente escolares los protagonistas del sabotaje a la PSU y de los actos de violencia que retornaron tras la vuelta a clases?

- Yo creo que nuestros niños, jóvenes y adolescentes han sido sistemáticamente violentados, que se les ha dado una educación que no es humana, una educación para el éxito; núcleos familiares en donde los padres o los roles parentales no existen, donde no se sienten animados en su propia vida, donde la diversidad tampoco es cultivada; no se les ha protegido en sus necesidades más básicas. Yo no sé si tienen demandas propositivas, pero sí contrarias a un sistema que les ha sido tremendamente inhumano. Yo tuve papá, mamá y una vida familiar muy linda, pero conozco muchas personas que no han tenido eso y noto la diferencia, porque yo poseo muchos más elementos afectivos que otras personas. Pero veo niños y niñas que no conocen al papá, que han sido abusados, que la mama no está ni ahí. Y en todo ambiente económico. 
En el mundo pobre que yo conozco está la droga y la mediocridad de los bienes estructurales, pero en el otro están los viajes y la indiferencia de afecto. ¡Muchos niños son heridos de guerra de la afectividad del ser humano! Yo no sé si ellos saben completamente qué hay que hacer en el país, pero sí saben que el país no se ha portado bien con ellos.

- ¿La violencia llegó para quedarse en el sistema educacional? Los grupos que boicotearon la PSU estarán en las universidades en 4 ó 5 años más.

- Si no hay justicia no hay paz, y yo he visto mucha injusticia. Participé en la marcha de Wanderers, íbamos súper bien y de repente un carabinero se levanta y de nada dispara lacrimógenas. 
Veo la injusticia de una señora que tiene que llegar a las 5 de la mañana a pedir hora a un consultorio, o que en nuestro sector se ponen afuera de las escuelas a vender droga. Veo que la dimensión de la injusticia produce mucha violencia; es una violencia derivada de un sistema que hay que trabajar y conducir, para lo cual hay que invertir en el mundo de la educación. Estos jóvenes nos podrían hacer una demanda social por servicios inadecuados en materia de afectividad. Y por otro lado hay que hacerse cargo de una violencia que a mi juicio es extrema y tampoco tenemos las convicciones para pararla. 

LA ECONOMÍA Y LA DIMENSIÓN ESPIRITUAL

- El Ministro de Hacienda, Ignacio Briones, planteó que “vamos a tener un impacto potente, lo que está ocurriendo nos va a golpear”. Van a escasear los recursos para todo, incluidas las demandas sociales.

-Yo percibo de que ante medios limitados hay que tener muy claras las prioridades. Chile es un país limitado en gente, recursos, capacidades, pero por otro lado es un país grande. Hasta hace cinco meses nos veían como un paraíso en Latinoamérica. Muchas personas han tenido que dejar de trabajar y con ello han dejado de generar recursos. Claramente se va a ralentizar la economía. 
El tema es si lo hará con todas sus desigualdades estructurales o si esta sería una posibilidad para comenzar a distribuir mejor las dimensiones de nuestros ingresos, porque las diferencias entre las remuneraciones altas y bajas son muy grandes en Chile, y tal vez en eso se podría hacer algunos ajustes. Ciertamente tienen que ser graduales, pero creo que hay que hincarle el diente por ahí.

- ¿Y el impacto en la dimensión espiritual?

- ¿Podemos pensar que hoy día la felicidad de las personas se mida por el PIB? ¿Puedo seguir creyendo que voy a estar feliz porque tengo mis necesidades holgadamente satisfechas? Los valores son clave. El respeto, pensar en el otro. En Suecia en algunas estaciones hay un torniquete libre por si a la persona se le quedó la tarjeta o por si ese día no tiene plata. Ponga un torniquete libre en cualquier estación de Chile.... Es estúpido el que paga. Nosotros hemos salido de crisis peores. La del año 30, las guerras mundiales. La humanidad ha superado las crisis. Creo que siempre una crisis trae una oportunidad de poder hacer las cosas de modo distinto, pero eso depende de cada uno. El destino de la economía no va a depender sólo de medidas técnicas. 
La gran revelación del conavirus es que la ciencia, que ha estudiado tantas cosas maravillosas, nos diga que la solución es ¡ so-li-da-ri-dad! Usted desencuéntrese de los otros para que se encuentre con los suyos. ¿Cómo quiere ganar esta batalla? Pierda horas. Nos pegaron un gran zarpazo cuando nos dijeron que todo lo que teníamos reputado como ganancia en realidad es pérdida, y lo que consideramos pérdida es ganancia. Curiosamente ese es un texto bíblico. 

"Claramente se va a ralentizar la economía. El tema es si lo hará con todas sus desigualdades estructurales o si esta será una posibilidad para comenzar a distribuir mejor las dimensiones de nuestros ingresos, porque las diferencias son muy grandes”. 

NO ESTAMOS EDUCADOS PARA LA ALTERIDAD 
- ¿Usted cree que esta emergencia genere una mirada menos confrontacional respecto de los problemas de fondo o que sólo se postergará el conflicto?
-Hay un problema de educación. Creo que no estamos educados para la alteridad, no sabemos discutir, no sabemos reconocer la dignidad de una persona que piensa distinto. En La Matriz tenemos un proyecto que se llama Futvalores para unos 500 niños de distintas escuelas y uno de los valores a trabajar es la tolerancia a la diversidad. 
Si no nos convencemos que este coronavirus llama a replegarnos en nosotros mismos y concedemos que la persona que no piensa como uno no es un enemigo, si no se hace ese proceso es muy difícil que pasada esta cuarentena seamos personas diferentes. Creo que un aspecto súper importante a trabajar en la educación es la alteridad. 
- ¿ Cómo cree que se va la tramitación de la agenda social una vez que se supere la emergencia?
- Hago tres distinciones. Primero, las autoridades, Gobierno, Congreso. También hay una demanda social muy extendida y sentida por todos que se manifiesta en marchas. Y hay otro grupo que es pequeño pero muy determinante que es la dimensión violenta de estas mismas demandas. Creo que estas últimas personas van a seguir ocupando esta oportunidad para actuar por las reivindicaciones súper necesarias que Chile tiene. Siento que en el mundo de la violencia hay mucho de anarquía y de narco. Veo mucho ejército de gente narco en la calle. En muchas familias del Barrio Puerto hay alguien que tiene algo que ver con la droga porque la consume, porque la compra o porque la vende. El 80% de las mujeres que están en la cárcel han sido condenadas por drogas. 

"Entendí que Dios era una hipótesis plausible. En mi caso creer es, lejos, una opción racional. Antes yo pensaba “ver para creer”, pero después me di cuenta de que el amor no se ve, los sueños no se ven, la ternura no se ve”.