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Académicos de la Facultad de Teología hicieron un análisis filológico y teológico a partir de las preguntas en el texto griego del evangelio de San Juan

Gonzalo Bravo Álvarez y Tania Squizzato realizaron esta investigación con el apoyo de ICALA (Intercambio Cultural Alemán-Latinoamericano).

09.10.2020

La oración interrogativa es muy frecuente en el Nuevo Testamento, sobre todo en los libros históricos. Sin embargo, la mayor parte de las oraciones interrogativas que se encuentran en el Nuevo Testamento no son propiamente preguntas, es decir, no son oraciones que se formulan para obtener alguna información.

Los académicos Gonzalo Bravo y Tania Squizzato, con la colaboración de Martín Montenegro, estudiante del Bachiller Canónico en Teología PUCV, en su investigación ICALA “Análisis filológico y teológico a partir de las 171 preguntas en el texto griego del evangelio de San Juan”, estudiaron la variedad de funciones que cumplen las oraciones interrogativas en este texto bíblico.

“El Evangelio que presenta mayor proporción de oraciones interrogativas es el de San Juan y estas se concentran sobre todo en la primera parte, o libro de los signos (capítulos 1 al 12). De entre los personajes del evangelio, aquel en quien más oraciones interrogativas se observan es Jesús, el protagonista. Jesús no formula este tipo de oraciones para obtener alguna información, pues él conocía lo que hay en el hombre (Jn 2,25)”, señaló la Dra. Tania Squizzato.

¿Cómo explicar el uso de “preguntas” cuando no se solicita información? Los investigadores precisan que Jesús “no solo viene a comunicar algo, viene también a interpelarnos. Quiere provocar en el receptor (en los interlocutores, en los lectores) una reacción, y la forma interrogativa le permite, entre otras cosas, llamarnos, desafiarnos, despertarnos. Es significativo el hecho de que la primera intervención de Jesús en el evangelio sea una oración interrogativa: ¿Qué buscáis? (Jn 1, 31). Con esto el receptor es interpelado para que busque por sí mismo la respuesta a esa pregunta primordial y que está obligado a hacerse. Jesús se dirige a los discípulos de Juan que han decidido seguirlo, pero esta pregunta también podría ser la que se dirige a todo lector del evangelio”.

Los académicos concluyeron que “es posible observar en las oraciones interrogativas formuladas por los distintos personajes (Jesús, discípulos, judíos, pueblo) distintas intenciones (aserción, imposición, pregunta, etc.), pero en el personaje Jesús este recurso especifica –y, en algún sentido, amplía- la clasificación que la lingüística ha considerado hasta el momento”.

 

 Natalia Cabrera Vásquez

Facultad Eclesiástica de Teología