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Equipo interdisciplinario de la ECM trabaja en proyecto FONDEF para proteger playas con bosque de algas y arrecifes artificiales

En el marco del concurso anual, a cargo de la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID), la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, a través del académico Dr. Felipe Hurtado se adjudicó un proyecto, que se desarrolla de manera interdisciplinaria con docentes de la Universidad e investigadores externos.

Se trata de un proyecto de transferencia tecnológica, desempeñado y liderado por dos docentes, el primero de la Escuela de Ciencias del Mar (ECM) PUCV; y el segundo, de la Escuela de Ingeniería Civil Oceánica UV, el cual se adjudicó un fondo de la convocatoria FONDEF 2023, línea “proyectos de IDeA I+D de interés público”, gestión a cargo de la ANID.

Titulado “Protección de playas y borde costero mediante un sistema disipativo de oleaje con bosque de algas y arrecifes artificiales” ID23I10078, está a cargo del académico de la ECM, Dr. Felipe Hurtado, acompañado de su director alterno, Dr. Patricio Winckler, académico de la Escuela de Ingeniería Civil Oceánica UV. Con ellos, trabajan 7 investigadores multidisciplinarios asociados a la PUCV y la UV.

Esta iniciativa conforma una de las 63 propuestas temáticas seleccionadas y una de las 6 propuestas adjudicadas por la PUCV, dentro del concurso 2023. De tal manera, el proyecto, que fue presentado en diciembre en la Casa de la Cultura de Puchuncaví, se extenderá en dos años para su ejecución.

MITIGAR EL EFECTO DEL OLEAJE

Asociado a la línea temática "Crisis climática y seguridad hídrica" de la presente convocatoria, este proyecto permitirá desarrollar e involucrar soluciones naturales para disipar los efectos del oleaje sobre el borde costero. Esto, a partir de la implementación híbrida entre el cultivo de algas y arrecifes artificiales tipo nicho (AATN), que juntos tienen el potencial de resistir el flujo transiente de las olas, disipando su energía y disminuyendo su efecto sobre la infraestructura costera y la erosión en las playas.

La relevancia del desarrollo de este proyecto radica en que su sistema aumentará la resistencia al flujo y reducirá la velocidad orbital del oleaje, protegiendo las playas y el sector costero de la erosión y desastres en la infraestructura pública y privada costera. Se estima que el porcentaje de mitigación de acuerdo al estado del arte podría alcanzar entre un 15 y 40%.

El director del proyecto, Felipe Hurtado, nos comenta de dónde surgió el interés por desarrollar la presente iniciativa: “Esta solución híbrida nace para dar respuesta a los problemas que tenemos en la actualidad respecto al incremento de intensidad y frecuencias de los eventos extremos de oleaje, ocasionando erosión en  playas y destrucción en infraestructuras costera. y ¿dónde hicimos el click de mezclar una respuesta que es física con una solución biológica?, en las soluciones naturales. En este contexto, el Estado está buscando soluciones naturales para enfrentar los problemas de manera sostenible. 

Las tecnologías existentes, como escolleras, rompeolas, diques exentos, son soluciones muy invasivas desde el punto de vista ecológico y muy caras, sin embargo, las praderas y los bosques marinos, logran enfrentar este problema de manera natural y sostenible.

En aspectos específicos, el proyecto busca analizar el efecto de un bosque de algas sobre la disipación de energía de oleaje mediante modelos numéricos y físicos (canal de olas) para a continuación implementar un sistema piloto de disipación de energía de oleaje por medio de arrecifes artificiales y bosques de algas  en la AMERB (Área de manejo y explotación de recursos bentónicos) de Maitencillo, Región de Valparaíso, evaluando la disipación de energía de oleaje a través de inteligencia artificial (IA).

Con lo anterior, entidades asociadas al proyecto, tales como la Municipalidad de Puchuncaví y Pescadores Artesanales de Caleta Maitencillo tienen intenciones de recuperar su patrimonio ambiental, así como de contribuir con espacios y materiales para la construcción y transporte de los arrecifes artificiales, además de aportar espacio marino donde se instalará el bosque de algas con AATN. 

Sobre la importancia de este fondo, y así lo menciona Hurtado, “lo más importante, para nosotros, como grupo de trabajo es hacer la ciencia aplicada, o sea, investigar para que no solamente quede en la nube o en un paper, sino que tenga un impacto en la sociedad, y creo que el poder minimizar esta erosión de las playas, y a su vez, esto mismo que estamos planteando, pueda recuperar ecosistemas perdidos, o que no están, obviamente eso motiva generar esta iniciativa”.