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“No hubo Revolución Rusa en 1917. La abdicación de Nicolás II resultó en una implosión del poder estatal”

Catherine Evtuhov, de la Universidad de Columbia, explicó cómo diversos acontecimientos ocurridos diez años antes habrían constituído la verdadera revolución para la sociedad rusa.

La Revolución Rusa de 1917 resonó en todo el mundo, dando profunda forma al siglo XX. Pero, ¿cuál fue su lugar e importancia dentro de la trayectoria de la Rusia imperal? Esta pregunta fue el foco del análisis de la conferencia que dictó Catherine Evtuhov, de la Universidad de Columbia. La actividad se dio en el marco del Ciclo “El Mundo a 100 años de la Revolución Rusa”, que organizan esa casa de estudios, la P. Universidad Católica, el Instituto de Estudios Internacionales de la U. de Chile y la P. Universidad Católica de Valparaíso.

En la ocasión, la académica de historia abordó la tesis de que una Revolución Rusa diferente, ocurrida diez años antes, dice mucho más sobre la política y la sociedad rusa y está vinculada a desarrollos globales más profundas. Para desarrollar esa idea, explicó que una serie de revoluciones ocurridas entre 1904 y 1907 -como la revolución liberal, huelgas generales y levantamientos agrarios- se superpusieron de tal manera que dieron lugar a momentos claves en la historia de Rusia como la creación del Manifiesto de Octubre, que otorgaba libertades civiles como la libertad de conciencia, la libertad de expresión, el sufragio y el derecho de reunión, entre otros; la promulgación de la primera constitución de Rusia, conocida como las  Leyes Fundamentales, el 23 de abril de 1906; y, por último, el golpe de estado liderado por Piotr Stolypin, Ministro del Interior del Zar Nicolás II, el 3 de junio de 1907, quien llevó a cabo la reforma agraria.

¿Qué cambió y qué se mantuvo después de estos acontemientos? Si bien se estableció un nuevo sistema político, la autocracia permaneció en el poder. La solución al problema agrario no fue el adecuado, ya que la reforma se llevó a cabo desde arriba. En el ámbito económico se dio paso a una cierta prosperidad económica, con crecimiento de las exportaciones y de la empresa privada. “Además, se produce una transformación interna de la sociedad, un cambio cultural muy fuerte”, señaló la académica. Es justamente este cambio cultural el que la historiadora considera de gran trascendencia, asegurando que si bien se habla de la revolución de 1905 como una “revolución fallida” o un “ensayo general”, es mucho más importante que la de 1917.

Entonces, ¿hubo una revolución en 1917? Para Evtuhov, la revolución de 1917 es más importante para el mundo que para la propia Rusia y es más bien un colapso del régimen zarista y la encarnación de la ideología marxista-leninista-rusa en los mecanismos del nuevo estado y la construcción de una nueva sociedad para ser habitada por un hombre nuevo. Pero no hubo revolución en el sentido de una respuesta racionalmente inteligible, capaz de solucionar los problemas sociales, como sí ocurrió en 1904. “No hubo Revolución Rusa en 1917. La abdicación de Nicolás II resultó en una implosión del poder estatal, desencadenada por los disturbios callejeros y el consejo del mando militar. Considerando que la Revolución de 1904 a 1907 sigue la pauta de una revolución social real – con demandas de campesinos, trabajadores, soldados, clases medias, intelectuales, convergiendo en un llamado a la caída de la autocracia y forjando vínculos con los programas de partidos políticos específicos- las "Revoluciones" de 1917 pueden verse mejor como un descenso al caos y el desorden. El resultado fue una violencia masiva y sin dirección en los frentes occidental y meridional, en las ciudades y en el campo”, concluyó Evtuhov.