21.06.2016
El Instituto de Historia de la PUCV efectuó un debate sobre las ciudades entendidas como bienes patrimoniales y las estrategias que se han impulsado en diversos países para conservarlas en esta condición.
“Si comparamos la ciudad de Cáceres de España con Valparaíso podemos darnos cuenta que ellas tienen grandes diferencias sobre cómo afrontar lo que es una Ciudad Patrimonio de la Humanidad, designación entregada por la Unesco (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura). En Europa por ejemplo, hay una vertiente política que lleva a musealizar todo, desde la propia ciudad a cualquier bien patrimonial material o inmaterial”, señaló el doctor José Moráis, académico del Instituto de Historia que organizó esta iniciativa.
Un ejemplo del fenómeno de la musealización es la creación del museo Fernando Alonso, que lleva el nombre del exitoso corredor español de Fórmula Uno. “Aquí se puede debatir si existiendo, tanto en el caso español como europeo, patrimonio antiguo que está en peligro, porqué se destinan fondos para hacer un museo dedicado a un piloto de 34 años. Con esto apreciamos que también se musealizan cosas nuevas”, indicó el profesor.
EL CASO DE ESPAÑA
José Moráis informó que en España hay 13 ciudades Patrimonio de la Humanidad declaradas por la Unesco que son: Alcalá de Henares, Ávila, Cáceres, Córdoba, Cuenca, Ibiza, Mérida, Salamanca, San Cristóbal de la Laguna, Santiago de Compostela, Segovia, Tarragona y Toledo.
El académico comentó que lo más complejo del caso español es cómo se gestionan los recursos para conservar estos enclaves urbanos.
“Todas estas ciudades tienen más de 150 mil habitantes y con los turistas que reciben triplican este número. Santiago de Compostela, donde se celebra en el mes de julio la festividad religiosa de Santiago Apóstol, cuenta con miles de peregrinos que aprovechan de hacer esta ruta como actividad deportiva o por motivos de fe. La ciudad es relativamente pequeña para albergar a toda esa cantidad de personas que recibe, lo que acarrea ciertos problemas para los habitantes del lugar”, comentó el doctor.
Otro caso de ciudad musealizada es el de Toledo, enclave urbano de carácter medieval, que fue distinguido como Patrimonio Mundial de la Humanidad debido a la relevancia cultural que tiene. La cultura hispana, islámica y judía conviven en este territorio hace miles de años.
“La ciudad de Toledo por su cercanía con Madrid triplica el número de visitantes en verano. En el casco antiguo el comercio está dirigido al turista, donde venden mayoritariamente espadas. No se encuentran supermercados que puedan abastecer a quienes viven en la ciudad o centros de salud. Las calles son estrechas y todos los años reciben avalanchas de turistas. Sin lugar a dudas, el problema de estas ciudades musealizadas se centra en cómo las instituciones culturales y especialmente los ayuntamientos deben gestionar la vida de estos lugares”, indicó Moráis.
Al respecto, el profesor citó el libro “La horda dorada” de Turner y Ash. En la publicación se aporta un significado al turismo internacional en la etapa del turismo de masas. “Los turistas utilizan servicios y compran productos en las ciudades que visitan, pero no lo hacen conscientemente. Por este motivo, la horda es dorada, ya que el turismo deja muchos euros”, resaltó el académico.
ELITIZACIÓN DE LAS CIUDADES PATRIMONIALES
Un fenómeno que se vincula a la musealización de las ciudades patrimoniales es el de elitización del espacio urbano.
“La ciudad española de Cáceres contó con sus habitantes históricos hasta los años 60. Con el nombramiento de ciudad patrimonial y la llegada de los turistas se revalorizó este territorio. Las elites más adineradas empezaron a ocupar el centro urbano, comprando y restaurando los inmuebles más antiguos y colocando además restaurantes de alto nivel económico en el lugar. Se elevaron los valores de los precios de suelo y de todos los servicios alrededor, por lo que las clases sociales que siempre habían vivido en el lugar fueron marginadas de este espacio”, concluyó el profesor.
Fernando Vergara, conservador del Fondo Histórico Patrimonial de la PUCV, fue el expositor invitado en este encuentro para analizar el caso de Valparaíso como ciudad patrimonial. El profesor explicó que son sólo cinco los barrios en Valparaíso declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, pero la mayoría de los porteños desconoce cuáles son.
“Las ciudades son un cúmulo de capas de sentido, que se comportan como un texto que puede ser leído, y que además poseen bienes culturales. Los museos tienen mucho que aportar a los espacios urbanos, pero en un encuentro de museos que se realizó en Valparaíso hace dos años nos preguntábamos si esta ciudad podría ser musealizada, desde mi punto personal creo que no”, comentó el profesional.
Para Vergara son muchos los factores que impiden que esta ciudad sea musealizable: los habitantes no han tenido la debida educación patrimonial para conocer y proteger su territorio; no existen guías que ayuden a interpretar al porteño o turista sobre el sentido de este espacio patrimonial; muchos bienes valiosos antiguos han sido destruidos por incendios u otras catástrofes naturales y no hay voluntad, tanto de los sectores público y privado, para la restauración de los mismos; y por último algo que es esencial en ciudades patrimoniales es que ellas cuentan con un plan director o de gestión patrimonial, aspecto que en Valparaíso no se cumple”, concluyó el académico.
Cabe señalar que esta iniciativa formó parte del Curso de Formación Fundamental B-Learning impartido por el Instituto de Historia en conjunto con la Dirección Aula Virtual de la Vicerrectoría Académica de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso.
Por Natalia Cabrera Vásquez
Instituto de Historia
