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Valparaíso: un destino excepcional, pero sumamente frágil

Ante un crecimiento sostenido e inesperado, la actividad turística en Valparaíso enfrenta el importante desafío de contar con un modelo sustentable, que ponga en valor el patrimonio de la ciudad y vaya en beneficio directo de las personas.

Jueves 13 de abril de 2017

Valparaíso: un destino excepcional, pero sumamente frágil - Foto 1
Valparaíso: un destino excepcional, pero sumamente frágil - Foto 2

13.04.2017

Ya sea por su arquitectura patrimonial, la vida en los cerros o la rebeldía multicolor de sus paisajes, Valparaíso es una ciudad que despierta especial interés de visitantes provenientes de diferentes lugares del mundo. Por esto mismo es que su actividad turística va en constante alza. Pero a decir verdad, éste es un fenómeno que está ocurriendo a nivel nacional: solo durante 2016 Chile alcanzó la cifra record de 5 millones de visitantes extranjeros, lo que ha significado un crecimiento del 25 por ciento de esta actividad económica que actualmente representa el 3,2 por ciento del Producto Interno Bruto.

Este aumento sostenido de la actividad turística en Valparaíso y el resto del país representa una extraordinaria oportunidad. Al estar la economía chilena basada en la extracción de recursos naturales, se abre la interesante posibilidad de dar paso a una basada en productos de servicio que pongan en valor el patrimonio natural y cultural.

Y el 2017 resulta un momento ideal para comenzar a emprender este camino, pues fue proclamado como el Año del Turismo Sostenible por Naciones Unidas. ¿Qué se busca con esta iniciativa? Sensibilizar tanto al público general como a las instancias decisorias respecto a la contribución del turismo sostenible al desarrollo, movilizando a todos los agentes interesados para que juntos hagan del turismo un catalizador de cambio positivo.

De acuerdo al organismo internacional, la importancia del turismo no solo radica en ser uno de los sectores económicos de mayor envergadura y crecimiento de la época, sino que con las políticas adecuadas puede contribuir en temas como la igualdad de género, la conservación de los ecosistemas y la biodiversidad, la protección del patrimonio natural y cultural, estimular el diálogo, fomentar el entendimiento mutuo y apoyar los esfuerzos destinados a construir una cultura de paz.

El académico del Instituto de Geografía y director del Centro de Investigación en Turismo y Patrimonio (CITyP), Jorge Negrete, explica que turismo sostenible es un concepto que viene de la mano con el desarrollo económico. “Un Desarrollo sostenible satisface las necesidades del presente sin comprometer la capacidad para que las futuras generaciones puedan satisfacer sus propias necesidades. El turismo como una actividad económica basada en servicios, debe pone en valor de manera inteligente al medio natural y cultural, transformando a sus componentes en atractivos turísticos”, menciona.

Ahora bien, ¿podríamos decir que la actividad turística en Valparaíso es sostenible? Para el académico, la ciudad y el país están dando pasos graduales hacia la sustentabilidad. En el rubro, uno de los avances es el Sello de Turismo Sustentable que actualmente existe en Chile, y que asume las tres dimensiones relevantes para hacer una evaluación económica, medioambiental y sociocultural del servicio. 

AL DEBE

Desde un punto de vista económico, la actividad turística representar una oportunidad de negocio. Esto se observa de manera clara en algunos barrios, pero no en toda la ciudad. “Ahí nos falta, por ejemplo, un mayor nivel de asesoramiento, capacitación, de conciencia, en todo lo que son empresarios, microempresas”, indica el profesor Negrete.

Asimismo, el turismo no está integrado a otros ámbitos económicos de la ciudad. Hay todavía una mirada sectorial, por lo tanto los productos y servicios no interactúan de forma integral.

Otro factor a tomar en cuenta es la satisfacción del visitante al llegar a la ciudad.  Si bien Valparaíso tiene un atractivo espectacular y es uno de los lugares del país más conocidos a nivel internacional, todavía no se puede garantizar que el turista chileno o extranjero viva una experiencia satisfactoria y completa. Escaleras en mal estado,  mal iluminadas, los perros vagos, la falta de señalización o la basura, repercuten directamente en ello.

Desde una dimensión medioambiental, Negrete señala que se debe tomar en cuenta lo que se conoce como gestión del territorio. “Ahí estamos complicados, no hemos sido capaces de resolver los conflictos tradicionales. La ciudad y el puerto han estado décadas en conflicto. Aunque el turismo coexista con otras actividades que hacen uso del suelo, muchas veces esta coexistencia es conflictiva”, precisa.

Para el experto hay una doble condición patrimonial en el territorio que debe ser más explícita, no solo a través de la declaratoria de la UNESCO por ser una ciudad patrimonial, sino que además está el ser parte de la reserva de la biósfera Campana-Peñuelas y Laguna Verde.

Otros temas pendientes son la gestión del agua, de la energía, los residuos y la conservación del patrimonio tangible e intangible. En el caso de Laguna Verde y zonas asociadas a Peñuelas, estamos hablando de la biodiversidad de flora y fauna, paisajes y el agua.

“Esto ocurre porque falta una mirada más integral con todos los instrumentos de planificación, que pongan reglas claras del juego, concordadas, y con eso vamos construyendo el futuro con acciones concretas de corto, mediano y largo plazo. Es necesario avanzar con los instrumentos de Planificación Territorial y con un Plan de Gestión Patrimonial, tanto cultural como natural. Todos los planes son fundamentales para saber hacia dónde vamos, cuál es el futuro que queremos, y es fundamental preguntarse ahí qué rol juega y qué tipo de turismo queremos”, desarrolla el experto.

Ahora bien, desde un punto de vista sociocultural, Valparaíso es un destino sumamente frágil, tanto desde una perspectiva geofísica como de vulnerabilidad socioeconómica  y cultural. En ese sentido, la comunidad debe empoderarse de la actividad turística y hacer ofertas que pongan en valor sus propias realidades. Y eso no ha ocurrido con fuerza aún. Del mismo modo, no hay una percepción clara de que el turismo sea la palanca que está generando bienestar en la comunidad.

Valparaíso está lejos de consolidarse como un destino sustentable. Siendo un destino excepcional, requiere por su fragilidad un tratamiento importante, de manera altamente participativa.

¿POR DÓNDE EMPEZAMOS?

Son tantos los factores a tomar en cuenta para consolidar un turismo sostenible para la ciudad de Valparaíso, que incluso puede parecer abrumadora la idea de emprender este rumbo. Para el profesor Jorge Negrete un primer paso fundamental es validar diagnósticos, o dicho de otra forma, que sean compartidos por toda la comunidad.

“Para una ciudad como Valparaíso, hay que formar una figura que gestione un destino turístico de manera integral. Eso actualmente no lo tenemos, lo más cercano es el municipio, pero es un actor que no puede dar respuesta a todo esto. Debe ser una figura mixta que tome lo público y lo privado”, sostiene.

Si bien no es fácil hacerse cargo de algo tan complejo ni podrá hacerse de un día para otro, para el académico hay señales auspiciosas.

A nivel nacional, se ha generado un presupuesto importante, que forma parte de la Agenda de Crecimiento e Innovación del País. Con una inversión histórica de 100 millones de dólares, se han abordado numerosas necesidades para asegurar una mayor sostenibilidad en el desarrollo, aunque aún estamos en un camino inicial.

“Me parece que en temas como el actual, con el turismo, que va en crecimiento, de cara a estas debilidades, no queda otra posibilidad que establecer una alianza entre lo público y lo privado. Y en lo público no debe estar en solitario la Municipalidad”, concluye Negrete.

Hay casos en Chile de un turismo más cercano a la idea de sustentabilidad, como la Región de los Ríos o la Región de Los Lagos. A nivel internacional, está la experiencia de Canadá y Costa Rica, donde el turismo sostenible es una realidad en la que está involucrada toda la población.

Se trata de un camino largo y que no es fácil, pero empezamos un 2017 que se ve como un buen momento para que como país nos preguntemos qué queremos hacer con esta actividad, cómo la vamos a acoger, y tomar la posibilidad de construir un Chile con un desarrollo mucho más sostenible, con eficiencia energética equilibrio climático y centrado en la seguridad de las personas residentes y visitantes.

Por Nicolás Jara

Dirección General de Vinculación con el Medio 

Fotografías: Ángela Tobón

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