El Vicerrector de Administración y Finanzas de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, Álex Paz, analiza el complejo presente económico que vive el país desde 2022. “Debido a múltiples factores nacionales e internacionales que elevaron los costos de producción, unido a una mayor demanda interna por la pandemia, se configuró un escenario de alza de precios que sobrepasó los dos dígitos. Este fenómeno económico no se observaba en Chile desde 1994, época en todo caso en la cual se exhibían tasas de crecimiento de otro orden en el país”, explica.
“Dado el proceso inflacionario y la necesidad de tender a un ajuste macroeconómico, adicionalmente, se generó un encarecimiento de los créditos, debido al alza sostenida de las tasas de interés. Esta situación gatilló un segundo aspecto de preocupación en las finanzas de las familias y de las instituciones. Si bien es cierto que en los últimos meses la inflación ha retrocedido levemente, el nivel de precios sigue siendo alto, y dada la buena noticia del nivel de actividad productiva de diciembre de 2022, podría resultar en una mayor persistencia de la inflación respecto de la proyectada hace pocos meses para este primer semestre del año en curso”, complementa Álex Paz.
Frente a este contexto, las Instituciones de Educación Superior (IES) tienen importantes desafíos para el 2023. Las medidas efectivas a tomar en consideración ya son de conocimiento en gestión de instituciones complejas. Para ello se requiere voluntad de las autoridades y comprensión de los miembros de la Comunidad Universitaria a partir de una visión compartida. Estas son: robustecer el sistema de control del gasto, búsqueda de una mayor eficiencia en el uso de los recursos disponibles y explorar nuevas fuentes de ingresos permanentes en el tiempo. “En organizaciones intensivas en uso de capital humano, como es el caso de las IES, debemos propender a alcanzar los más altos niveles de desempeño de las personas, dotando para ello de las mejores condiciones posibles. Asimismo es necesario avanzar hacia una mejor gestión, que permita alcanzar mayores economías y estrategias de colaboración con las empresas colaboradoras, proveedores y contratistas, bajo un enfoque de gestión sostenible”.
En este contexto, ¿cuál es el principal desafío que tiene por delante la PUCV?
“Durante el 2023, debemos preocuparnos por mantener y acrecentar los niveles de ingresos en las distintas áreas de la actividad institucional, con el propósito de dotar a la Universidad del volumen de financiamiento requerido para iniciar y sostener el nuevo Plan de Desarrollo Estratégico 2023-2029. En este sentido, para instituciones como la PUCV, con una importante dependencia del financiamiento público, el cual como sabemos se ha ido limitando en el “Presupuesto de la Nación” para las universidades de la Red G9, se hace muy necesario seguir alcanzando una gestión destacada en relación a medidas de eficiencia en pregrado, postgrado, generación y transmisión de conocimiento, internacionalización, aseguramiento de la calidad y vinculación con el medio. Por otra parte, debemos avanzar en recuperar el nivel de matrícula de estudiantes en pregrado, que se vio afectada en los procesos de admisión de los años 2020, 2021 y 2022. Asimismo, hay que incentivar el crecimiento de un postgrado sustentable y de la formación continua. En este sentido, un importante avance se tuvo en el proceso de admisión 2023, a partir de un trabajo planificado que permitió anticipar matrícula vía ingreso especial”.
¿Existe una necesidad de entregar mejores remuneraciones, considerando las actuales dificultades económicas y el alza del costo de la vida?
“Efectivamente, las dificultades económicas presentes y las que se proyectan están afectando a las personas, lo que obliga a una actuación responsable respecto de las finanzas institucionales. Sin perjuicio de ello, la estabilidad financiera de la Universidad, producto de una política institucional implementada desde hace varias décadas, y la formulación de un presupuesto 2023 serio y riguroso, ha permitido dar cabida a un reajuste de remuneraciones, tanto del personal académico como el de administración y servicios, que permite mantener el poder adquisitivo y además sumar un incremento de la renta de un 1% por sobre el IPC anual.
Esta decisión ha comprometido importantes volúmenes de recursos, que equivalen, aproximadamente, a un 6% de los ingresos de todo un año del presupuesto institucional. La magnitud de este esfuerzo releva la política del cuidado de las personas que ha sido una de las característica más significativas de los gobiernos universitarios de los últimos treinta años. Es importante que la comunidad PUCV comprenda el valor de este esfuerzo institucional, dada la particularidad del contexto económico y el panorama disímil al que se ven enfrentados los trabajadores en Chile, especialmente del sector privado, como asimismo el de otras instituciones de educación superior, en donde la inflación supera el crecimiento de las remuneraciones”.
¿Cuál es la perspectiva de la PUCV frente a este tema y la responsabilidad que asume la institución con los académicos y los funcionarios en este contexto?
“Tal como el rector Nelson Vásquez ha señalado en distintos espacios, esta Rectoría ha manifestado como prioridad de gobierno: el desarrollo institucional y de las personas y la preocupación por la estabilidad económica de la Universidad. En tal sentido, la decisión de reajustabilidad que hemos referido permite compatibilizar de buena forma ambos aspectos. En consecuencia, cuidar a la PUCV es una responsabilidad de todos los miembros de la Comunidad Universitaria. La estabilidad financiera es la base de la política del cuidado a las personas”
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